
Recuerdo esa sonrisa, que entre paralizante y armónica maleaba y rendía como un general al teniente que porta la derrota
de la tropa; después de tantos meses que fueron años, le vuelvo a mirar fijo esa minúscula mueca que aún me otorga en la congelada imagen de una fotografía. Hoy, que reúno a todos dentro mío para que vean que sí, que puedo recordar con amor a alguien, hoy, que me miro los pies y hablo con una maga, hoy, hoy la recuerdo, y recuerdo cuánto le quería cuando la quería, hoy, que ya se acaba, hoy me trenzo en una lucha feroz con la marcha lenta del tiempo, que me pone delante del conjunto de cosas que perdí cuando la perdí; ese tiempo feroz, falto de contemplación, me hace escucharte diciéndome que a pesar de todo me seguía riendo; una copa de licor se agota y me gobierna, juntan fuerzas el hoy y el poder melancólico del alcohol y me hacen tenerla aquí, cerca , quitándole a esa daga filosa que partió a la mitad la traza que nos unía, el último espacio alejado con sangre de mis lagrimas, que en este recuerdo nocturno y ebrio, sigue corriéndose por el viento hacia un lado y otro, y yo allí, del otro lado de ese trazo forzado que diste, mirando la sombra que dejaste cuando partiste aquello en dos mitades, mirando tu sombra que se queda aún, para reírse de mi. Y yo aquí. Hace segundos, días, hace una y otra vez una maquina que recrea siempre, esos instantes pequeños en que dejaste indeleble tu marca en mi.
Al pasar: A los alien.. que ofendí, perdón.