lunes, 21 de enero de 2013

Los teóricos, empañan su monóculo.



Cuál es el deseo supremo del hombre contemporáneo?-

-Yo señorita - respondo mientras me traslado mentalmente al fondo de un salón en la escuela normal superior J. J de Urquiza, sentado en un banco para zurdos que conseguí en un arrebato a las piñas de un aula vecina.

A ver Benítez, lo escuchamos- y yo, Benítez, hago uso de la palabra. Pero para eso debo volver mi traslado en el tiempo a mi realidad actual, argumentar con una imperfecta eficacia e inventar un remate que enmudezca al mismísimo Jaimíto. Muy bien ahí va:

-El deseo supremo del hombre contemporáneo señorita, es no extraviarse en la comprensión real de las cosas por temor a dejar de sentir deseo por lo material, que es ornamento del mundo.-

Así, con esa respuesta exigua viese podido ahorrarme diez años de concurrencia a esos horrendos edificios donde me impusieron un saber absurdo, incompleto, estructurado, ineficaz y azaroso; doblemente incompleto si tenemos en cuenta las incapacidades lógicas que seguramente frustraron a nuestras maestras y profesores, desde siempre mal asalariados.

Las teorías que los intelectuales y pensadores elaboran y tienen como misión evaluar al mundo, sus avances y deterioros, cabrían perfectamente en un renglón. Quienes aparentan estar desgajando verdad por verdad y se han instruido para eso, no buscan más que transmitir su perspectiva llenando libros gordísimos que les serán tan contradictorios como convenientes antes de que ese ejemplar salga a la venta.
Los pensadores se generan sus propias teorías enemigas, es por eso que hilvanan todo para confesar finalmente su inutilidad.

Ellos mismos imaginan la detención del tiempo mientras lo evalúan, y luego de ese viaje que pretende resultar vasto y absolutista, entierran los signos de interrogación en un lugar seguro, se alejan y antes de volver con nuevas conjeturas trazan un mapa del lugar en donde le dieron sepultura a la pregunta, para volver a revivirlo y no perderlo porque sin ello su ejercicio intelectual sería nada más que un material condenado al fracaso.

Al mundo lo conduce su ritmo natural y originario, se transforma según la posibilidades que él aporte, y no según el capricho de sus integrantes. El mundo es uniforme y somos en él una casualidad. Una casualidad es algo que sucede sin previo aviso, una casualidad es una incógnita sin solución; casualidad es contemplar por azar mientras alzamos la vista al cielo, una estrella fugaz que se muere expulsando un último y único brillo agónico que nos expone maravillosamente la inutilidad de comprender lo que nos han regalado.

Fue Borges quien dijo, “cualquier ejercicio intelectual es finalmente inútil”

4 comentarios:

  1. Hola Juan! Como va?
    Me gustó mucho y como te dije ayer... "muy mucha verdad" con esto de tanta teoría dando vuelta... en mi carrera me llenan de teorías!!! a veces, me explican una bien detalladamente para finalmente decirme "esta teoría no tuvo mucho desarrollo y después se comprobó q no servía, así que chicos, descártenla...pero, demás está decir, q va en el parcial y por supuesto en el final!" ¬¬
    Y es ahi cuando me pongo a pensar que tan al pedo pudieron estar estos filosofos para complicarnos la vida a veces!! jejeje

    Tb me gustó eso de q somos una casualidad... es verdad... todos y sobre todo algunas personas en especial somos una incógnita sin solución!! jeje

    Besote!

    Maru

    PD: Seguí escribiendo q lo hacés muy bien!!

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  2. E Maru¡¡¡, recien encuentro tu comentario muchas gracias, un beso grande, hablamos..

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  3. x gente como vos maru, este pelotudo sigue escribiendo las ganzadas q escribe...dejense de joder!! Q MEDIOCRE!!!

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  4. Anónimo:
    Te recomiendo el Hombre Mediocre de José Ingenieros, por ahi te familiarizas con el libro.

    Maru:
    Las teorias estan conformadas según una base empírica espistemológica, con lo cual dan la categoría de validez, no son ni verdaderas ni falsas, sino "validas"(en el estricto sentido de la palabra).
    Hegel planteaba que partiendo de absolutos particulares, es decir: un conjunto de particulares, se crean absolutos mas grandes, conformados por otros particulares (que bien pueden seguir siendo los mismos), en efecto, se vá avanzando. Para darte un ejemplo concreto, si estudiamos (Juan, vos y yo) arquitectura y decidimos levantar un edificio mediante la idea de alguno de los 3 (que es la idea que prevalece entre nosotros, los particulares), y lo edificamos, en efecto, avanzamos hacia un absoluto mas avanzado; luego uno de nosotros tiene la idea de poner una rampa para gente en silla de ruedas, en este caso, volvemos a darnos cuenta de que aquel absoluto no era tan bueno, por ende, hacemos la rampa y creamos un absoluto mejor que el anterior, así continuamente...
    Este ejemplo que acabo de dar podes plantearlo como analogía a las teorias de aquellos filósofos "al pedo", en efecto, una teoría invalida a la otra para mejorarla, pulirla... Descartes, Hume, Kant, Hegel, Marx, Nietzche, Heidegger, Foucault... por dar una columna vertebral (muy por fuera), de filósofos y pensadores.
    Sin ir más lejos... la libertad kantiana plantea basicamente que mi libertad empieza cuando la tuya termina, que es el modus en el que vivimos, para ejemplificarte, si yo fumo en esta pequeña habitacion arriba de la cocina, y no te hago daño con mi humo y tabaco, entonces eres libre.
    En cuanto al texto en sí, no voy a entrar en debate.

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